“¿Cuánto puedo
parecerme al mundo sin dejar de parecerme a Cristo?” no debe ser una de las preguntas que
definan nuestras acciones, la pregunta que debe definir nuestras acciones cada día debe ser:
“¿Cuánto más puedo parecerme a Jesús?”
Haz una reflexión de tus acciones y actitudes en todos los lugares donde convives y frecuentas diariamente.
¿Cómo ha sido tu comportamiento?
Aprovecha hoy la oportunidad para dar y ser mejor; para cmabiar lo que debes cambias y que solo tu puedes hacer.
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