Probablemente tu conoces a alguien que cree que lo sabe
todo, ese tipo de amiga que habla con firmeza, es muy
popular y todo el mundo quiere estar cerca de ella.
El problema es cuando se envuelven en confusión, por
confiar mucho en sí misma, termina mal.
No necesitamos actuar así, porque aun cuando no sabemos qué hacer, Dios sabe de todo y asegura que va a guiar nuestros caminos.
Confía en Dios y en ti misma, y recuerda, cuando no sé qué
hacer, Él siempre lo sabe.
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