Cuando la oruga entra en el capullo, permanece allí por algún tiempo y es transformada, nadie más necesitará arrojarla a lo alto…
¿Por qué para muchos es tan difícil ser cristiano, cumplir con las reglas de la vida cristiana y practicar lo que el Señor Jesús enseñó?
Sería como si una oruga quisiese volar.
Es difícil para la oruga volar. Para ella es prácticamente imposible. Alguien puede arrojar a la oruga hacia lo alto, sin embargo su caída es un hecho.
Pero, cuando la oruga entra en el capullo, permanece allí por algún tiempo y es transformada, nadie más necesitará arrojarla hacia lo alto. Aquella que antes se arrastraba ahora podrá volar por sí sola.
Es difícil para la oruga volar. Para ella es prácticamente imposible. Alguien puede arrojar a la oruga hacia lo alto, sin embargo su caída es un hecho.
Pero, cuando la oruga entra en el capullo, permanece allí por algún tiempo y es transformada, nadie más necesitará arrojarla hacia lo alto. Aquella que antes se arrastraba ahora podrá volar por sí sola.
Con su nueva naturaleza, la ex oruga que ahora es mariposa, alegra el ambiente por donde vuela.
Es natural para ella dar vida por donde pasa.
Ella torna el jardín más bonito y muchos se alegran por tenerla cerca.
Es natural para ella dar vida por donde pasa.
Ella torna el jardín más bonito y muchos se alegran por tenerla cerca.
De modo semejante sucede con nosotros.
Todos los días el Señor “arroja a las personas hacia lo alto” con palabras de fe, con los mensajes que animan a través de la radio, de la TV, de internet, etc. Pero aun así muchos no han podido volar por sí mismos.
Todos los días el Señor “arroja a las personas hacia lo alto” con palabras de fe, con los mensajes que animan a través de la radio, de la TV, de internet, etc. Pero aun así muchos no han podido volar por sí mismos.
El Ayuno de Daniel es la oportunidad dada a todos para que permanezcan en la presencia de Dios. Que a través del Espíritu Santo, cada persona sea generada en una nueva criatura.
Que reciben “alas espirituales”, y entonces será natural que puedan volar por sí mismas.
Que reciben “alas espirituales”, y entonces será natural que puedan volar por sí mismas.
Van a lograr ser hombres y mujeres nuevos, van a dar la otra mejilla, también van a dar su capa, van a caminar la segunda milla, van a pagar el mal con el bien, van a ser la luz del mundo, van a ser la sal de la Tierra… Y por causa de esa nueva naturaleza, la vida cristiana será para ellos lo que ya es para nosotros los bautizados con el Espíritu Santo.
Será natural perdonar, dejar pasar las ofensas, decir siempre la verdad, ser fieles a Dios, ser humildes de corazón, tener avivada la fe, amar al prójimo, servir a todos y tornarse ganadores de almas.
¡Que todos dejen de arrastrarse y vuelen con nosotros después de este Ayuno de Daniel!
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